Venezuela, el anagrama de todos

Cortesía:  oink.elrellano.com
El país avanza cual elefante adormitado, lento y cansado; pero pujado por los que le echan piernas a la vida. El país no se queda varado, eso se lo deja al Costa Concordia. El país sueña despierto todos los días, aunque en las noches sus peores pesadillas aparezcan.


Mientras camina una hemorragia le produce un punzante dolor. Una hemorragia que se hace más incesante y abundante. Una hemorragia de dólares. Devaluado el futuro, las divisas son añoradas. Ahora el mercado paralelo es una escena de Wall Street, dónde muchos ansían ver un repunte del precio de cada dólar parar viajar y al volver seguir enterrando la economía. El secreto a voces es el negocio de emprendimiento más ruin que hunde a la pequeña Venecia. Y sólo me pregunto, ¿cuándo habrá un torniquete?
Por ahí, hay quienes llevan a este paquidermo a reuniones exclusivas. Allí firman sin mesura y en su nombre, documentos y acuerdos donde se compromete el oro negro de “todos”. En ese plan, nuestro prestamista es de rasgos achinados y el petróleo son gotas que pagan un saldo para la posteridad. Así es como el dragón rojo empieza a comerse a un enorme elefante.
Pero su corazón recibe fuerzas. Los cuadernos regresan al sitio de donde jamás debieron salir, sus universidades. La protesta, ese imperativo cotidiano, toma receso. Esto lo agradece el paquidermo. La educación es lo único que puede aligerar su peso. Además, los ideales estudiantiles son una arenga que lo motiva a continuar. La intriga se muda a noviembre, mientras tanto él respira con recato.
No obstante, esperen un segundo, después de tantos ires y venires, ¿cual  es su nombre? Pues pareciera que éste es todo un anagrama*. De ambos lados de la escena política, el país tiene un significado diferente, dos contrapuntos sin coincidencia. Venezuela desde un polo se transmuta en revolución, en patria, en excelencia. Desde la otra acera, Venezuela es mala gestión, corrupción, indolencia. Sin embargo, para los venezolanos, que no juegan ese Scrabble político, Venezuela es una amalgama de diferencias reconciliables.
Entonces, solo me queda por expresar mi admiración por quienes día a día entregan su sudor y su esfuerzo para que este elefante sea de nuevo vigoroso y avance si pausa. Ellos están muy claro que la voluntad sobrepasa matiz e ideología.
*Transposición de las letras de una palabra, de la que resulta otra palabra distinta. Ejemplo: amor, Roma

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