El rayo




Durante estos días, una frase de Sartre me ha dejado dándole vueltas. "Para mí no existen lunes ni domingos: solo hay días que pasan en desorden y luego observamos un rayo repentino como este", ha dicho el filósofo francés y me pregunto, ¿por qué la violenta referencia del rayo? 

Inevitablemente vino a mi mente aquel pasaje de la Rayuela de Cortázar, que habla precisamente de cómo un rayo llamado amor te puede dejar tirado en el suelo, preguntándote qué ha sucedido.

"Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio”, escribió el argentino.

E insisto, ¿por qué el rayo? El rayo es un acontecimiento físico, la interacción entre dos fuerzas. Es decir, aunque veamos que el rayo se produce de la nada, si hay algo detrás, algo imperceptible. El movimiento de cargas eléctricas. Solo ocurre el rayo cuando existe esa interacción. 

¿Y si a eso se refería Sartre y Cortázar: al interactuar? Al tratar de hallar ese rayo, pero no desde la búsqueda afanosa, sino del simple hecho de tomar acciones, decisiones, que vayan configurando el escenario para que se dé. Y así, sin advertirlo, ¡zas! Cae sobre ti. En tus días. En tu manera de pensar. En tu manera de sentir. El rayo no es solo el impacto. Es la fuerza. Es el esplendor. Es la huella.

Recuerdo aquel ejemplo que escuché cuando aprendía sobre Heidegger y su dasein, “ser ahí”. Él sostenía que solo el hombre era capaz de relacionar las cosas y para graficarlo, había un ejemplo: si un rayo cae encima de una cabaña en un mundo donde no existen seres humanos, no significaría nada. Si sucede, cuando otros hombres lo ven, es muy probable que lo cataloguen de catástrofe. El hombre le busca relación y sentido a ese hecho.

Entonces, ¿qué vendría a ser ese rayo que cae sobre nuestros días?, ¿bendición?, ¿catástrofe?, ¿cómo lo asociaríamos? Porque solo cada uno le podría dar sentido. Quizás y vivimos para eso que nos acontece y estremece, por esos momentos en que todo se llena de significado para cada uno. Para experimentar cómo nuestra existencia es sacudida por un rayo que no vimos venir. Y solo sabrá cada uno, de qué rayo se trate.


©Jhoandry Suárez


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